Esta es Sami

Sami

Febrero de 2010, cuando nos dieron un diagnóstico, pero nadie nos explicó que también nos estaban entregando una batalla.

Sus ojos ya sabían algo que yo todavía no entendía.

En esta foto, ella apenas empieza.

Y yo también.

No sabía que ese día no solo me iban a hablar de autismo.

Iban a hablarme de mí. De todo lo que iba a tener que romper, construir, sostener.

No romantizo el camino. Lo camino.

Esto no es un cuento de hadas, ni una historia para enternecer.

Es una historia de verdad.

De una madre. De una hija.

Y de un diagnóstico que no nos definió, pero sí nos empujó a mirarnos sin disfraces.

Bienvenidxs a este espacio:

Autismo sin azúcar ni flores.

Acá no endulzamos. Nombramos.

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